Autor: Fabián Sevilla
SOY “EL MENDOCINO QUE VUELA EN CALESITA”
Me llamo Fabián Sevilla y nací en Mendoza allá lejos y hace tiempo… en 1970.
Vine al mundo ¡un martes 13! Pero yo tuve muy buena suerte porque no llegué solo, sino junto a mi hermano gemelo, Ariel, quien hasta hoy es mi mejor amigo.
De entrada fuimos iguales, tanto que cuando éramos bebitos mi mamá se equivocaba y siempre le daba la teta o la mamadera al mismo; por eso, hoy Ariel es más gordito que yo (ojalá no lea esto, porque si no se va a enojar).
Siempre me gustaron los libros. No sabía para qué servían, pero me maravillaban las tapas y los títulos. Hasta que cierta vez abrí uno y… ¡ya no pude dejar de leer!
Eso me inspiró a escribir. Con Ariel nos dedicamos al teatro desde los 16 años, cuando debimos decidir si hacíamos carrera como dramaturgos o verduleros, esto último debido a la gran cantidad de tomates que nos tiraban desde la platea.
Afortunadamente, luego de esquivar tomatazos, decidí ser escritor. Por eso estudié periodismo, y mientras trabajaba en televisión y luego en un diario, escribía cuentos, obras de teatro y novelas para los chicos.
Hoy, me dedico a eso: imaginar historias y ponerlas en el papel para que los chicos, chicas y adolescentes las disfruten. También visito escuela, para que los lectorcitos me cuenten lo que opinan de mis libros.
He publicado libros de cuentos como La paciencia de Noé y otros cuentos; A Frankenstein se le fue la mano; Vampíricas vacaciones; y La calesita voladora y otros cuentos de maravillas.
También obras de teatro, como Yo quiero mi había una vez y mi colorín colorado; Teatro por tres de la cabeza a los pies; Los cuentos verdes de Anastasio Batracio; Preparate disparate 1 y 2.
Mis novelas forman parte de algunas colecciones, como Ultracalavera, Portal Mitológico, y Flopi y los seres fabulosos. Otras novelas publicadas se llaman Mails espantosos; Sapo Azul; Yo, Sancho Panza… Él, don Quijote; ¿Quién mató a la madrastra?; entre otras.
Para que me conozcan más, te comento que suelo firmar como “el mendocino que vuela en calesita”. Eso, porque soy medio cabeza dura y cuando se me ocurre algo no cedo hasta conseguirlo, aunque sea imposible como volar en calesita.
También te cuento que me encantan las pelis de terror, las comedias musicales y la pizza (¡soy capaz de comerme una grande yo solito!).
Lo de comer pizza no solo responde a que me gusten, sino a que con la tremenda cantidad de tomates que nos tiraron hace años desde la platea, pude hacer litros y litros de salsa que hasta hoy uso en las de muzzarela que me preparo.